viernes, 16 de enero de 2009

Por Teror



En una salida con María José algo tenía que pasar. Arriesgamos Jose y yo y decidimos salir a ver si seguíamos contando con suerte para seguir un día más con vida.
Y así fue, desde que salimos del coche en Teror, no paró de llover, la rueda del coche casi se hunde en un abismo y al pobre de Jose le empezó la migraña.
Pero aun así y arriesgando nuestro físico y nuestras cámaras de fotos, un día para no olvidar.
Lo mejor, el frío (sólo) en la nariz, el queso, el pan, el chorizo, el clipper y la compañía.

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